Te sigo viendo de la misma forma que hace años.
Sigo viendo a ese hombre intelectual, que cita a autores desconocidos para mi, con palabras que no son capaces de salir de mí, expresando todo lo que quise hacer y de la misma forma.
Sigues siendo el mismo ente, otro cuerpo, otra cara, otras palabras, pero lo mismo en esencia, eso que me hace sentir cada vez más pequeña.
Debo aprender que eres uno como todos, a no verte como te veo, a dejar de idealizarte y agarrarte de una pierna, atraerte a la tierra y no meterte más helio por la boca. No subirás más de pedestal.
Es tan usual sentirme incapaz de alcanzarte, sentir que estás a otro nivel, en otro mundo, y es que tu marca de fábrica ha sido siempre un símbolo de admiración.
Me gustan así, como tú, pero tengo miedo a que te des cuenta que soy menos, y más miedo tengo a no aceptarme como soy, por eso, me encerraré en cuatro pareces, me acostaré en el piso, escuchará música y leeré libros para sentirme más. Quizá, así, en nuestro próximo encuentro, tenga la confianza suficiente para sentir que con lo que soy basta, y debe bastar[me].
Me hacen extrañar tanto de mí.