Descubrí que te quiero, mucho, un poco más de lo que se debe y que ese poco me lleva al masoquismo, pero aún así no pude impedir que mis labios improvisaran una sonrisa cuando lo descubrí.
No seré egoísta ¿cómo podría quitarte aquello que te hace tan feliz? Se feliz, ríe, salta, canta, baila, ¡vuela! Porque eres tú quien debe ser libre y naciste para ello, y este es tu momento para serlo, pues yo también nací para ser libre, pero son formas diferentes de volar. Déjame tirada en la cama de mi pieza, haciendo brotar lágrimas, que llegará mi momento de serlo.
Ese hermoso momento en que tenga la suficiente fuerza para abrir la ventana y echarme a volar, llevada por la voluntad del viento que dirige mi esencia y ese será mi momento de ser libre y feliz.
Ahora me quedo tranquila, después de descubrir el cariño existe aún aquí dentro, y ¡no! No permitiré “peros”, porque no los quiero en algo tan lindo como esto.
Vuela colibrí que otra flor te espera, allá bien lejos… en otro jardín...
Te extrañaré, pero estaré bien, porque el sol brillará siempre para ambos.
(Aclaración: El acto 2 se encuentra en algún lugar de mi cabeza, ya que por vergüenza el tema de la obstinación, el cual era el principal en el acto ya enumerado, y por la llegada adelantada del acto 3, no se alcanzó a transcribir y a mostrárselo a Uds :B)
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